Ф Decidir la caracterización de los personajes que van a poblar nuestra historia, antes de escribir nada, nos permite agregar causas y consecuencias que siempre serán lógicas. Según el temperamento de un personaje, es esperable que reaccione de cierta forma ante cierto hecho, y distinto de cómo reaccionaría otro personaje con diferente temperamento.
Ф Otro factor a establecer antes de comenzar una historia es la clase de vínculos que habrá entre los personajes.
Ф Es necesario también determinar las motivaciones de la situación narrada y el ámbito en que se desarrollará.
Ф La caracterización permite conocer la edad y el temperamento de los personajes, la ocupación laboral, su relación con los demás y sus ambiciones personales, todos estos elementos que influirán en sus conductas. Estos aspectos deben ser analizados en función de los hechos que se pretende desarrollar.
La vinculación que los une marca también el tipo de conflicto que se va a describir.
Ф Las motivaciones, explícitas o implícitas que guían las acciones descriptas, no sólo permiten conocer las causas que determinan una conducta, sino que ayudan a discernir el curso de los acontecimientos a relatar.
El ámbito donde los hechos se desarrollan, tiene una importancia mucho mayor de la que, a primera vista, puede creerse. La misma situación se vive de manera muy distinta, si tiene lugar en una iglesia o en una oficina, en un dormitorio o en un parque. Y cada uno de esos ámbitos, además cambia de carácter si es de noche o de día, de madrugada o al atardecer, si llueve o está despejado.
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