He salido un rato,
a la madrugada,
al invierno,
a fumar,
y estoy humedeciendo estrellas,
estrellando la nada,
nadando el aire,
aireando el paredón,
paredonando la fábrica,
fabricando un paraíso en la vereda,
un paraíso,
que tiene invierno,
y yo lo miro,
con primavera,
y fumo,
quizás por él,
o por su invierno,
aplausos,
escucho aplausos,
escucho el viento,
chocar las hojas,
de los árboles,
que viven enfrente,
y para mí son aplausos,
o ¿qué son los aplausos?
Para mí son aplausos,
¿para mí?
Bueno, gracias,
no digo gracias,
pero las pienso,
ante los árboles,
y ante la duda,
y me despido,
porque hace frío,
se acaba el humo,
y no es mi invierno.
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